por Diego Mendoza – Experto en Responsabilidad Social Empresarial y Desarrollo Sostenible
Preguntas: ¿Qué pasará después? ¿Cuándo pasará? ¿Llegará la nueva normalidad? Estas son algunas preguntas que quizás la mayoría se hace por estos días. Yo me he hecho dos más: ¿entrará la sostenibilidad en cuarentena afectando el desarrollo de nuestro país?, ¿qué rol jugará la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en todo esto?
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Lo primero que pensé giró alrededor del retroceso que vivirá la RSE por la afectación de la caja de las organizaciones y que, a futuro, eso tendría una afectación directa en las apuestas de sostenibilidad. Mis respuestas a mis preguntas no parecían alentadoras.
Quise constatar lo que estaba pensando, así que me di a la tarea de preguntárselo a los duros del sector en el que he trabajado por muchos años: a las cabezas de la Responsabilidad Social de Gran Tierra Energy, GEOPARK y Hocol, organizaciones del sector de hidrocarburos.
En Gran Tierra Energy hablé con Jorge León, quien recientemente llegó a la empresa como Director de Sostenibilidad. A él lo conozco hace tiempo, y puedo dar fe de su inmenso compromiso por la Responsabilidad Social Empresarial. De la conversación que sostuve me llamaron la atención tres puntos. Primero, la necesidad de hacer un alto en el camino y pensar muy bien los próximos pasos, pues cada decisión que se tome tendrá impactos gigantescos en la operación y el desarrollo del territorio. Segundo, se deben hacer todos los esfuerzos para evitar caer en un juego de transaccionalidad con las comunidades; pues hoy más que nunca nos estamos jugando el desarrollo a largo plazo y esa debe ser la mirada. Y, por último, el problema económico y social que está dejando el COVID-19 será tan pronunciado, que será imposible tener una
estrategia social sin la participación del gobierno, así que, si el Estado quiere reactivación del sector, su presencia en el relacionamiento con comunidades deberá ser activa e indispensable. Con Gran Tierra creo que la apuesta está clara: le están apuntando a iniciativas de valor, de largo plazo y que apoyen el desarrollo sostenible.
En GEOPARK hablé con dos reconocidas mujeres del sector, ellas son Norma Sánchez, Directora de Medio Ambiente y Gestión Social y Luisa Vargas, Gerente Social. En la conversación, ellas coincidieron con Gran Tierra sobre la presión incremental que existirá en las regiones por las problemáticas económicas y sociales que deja el COVID-19, lo que hace y hará aún más compleja la actividad petrolera.
Esa situación ha hecho que en GEOPARK estén replanteándose incluso la misma forma de operar, en donde cualquier inversión debe ser cuidadosamente analizada, siempre en búsqueda de poder materializar beneficios concretos para las regiones y también para la empresa. Entre los elementos fundamentales que están revisando hay tres que resalto: uno, la decidida utilización del mecanismo de “obras por impuestos” que habilitó el Gobierno Nacional, con el que las empresas pueden pagar sus impuestos por
medio de la materialización de obras en determinadas regiones. Dos, el proceso de fortalecimiento que realizarán al interior de la empresa para consolidar alianzas con el Gobierno o terceros para alcanzar un mayor apoyo al desarrollo territorial. Y tres, la necesidad de hacer un gran acuerdo social para entre todos contribuir al desarrollo sostenible del país. Si bien en GEOPARK resaltaron la escasez de recursos que hay en el momento, es el tiempo perfecto para sumar esfuerzos y trabajar por impactos más poderosos.
Por último, conversé con Enrique Sandoval, quien con su gran experiencia técnica del sector y, habiendo sido presidente de OCENSA, ahora asume el rol de Vicepresidente de Operaciones de Hocol, empresa filial de Ecopetrol. Además de los temas técnicos, bajo su liderazgo está implementar toda la estrategia de Responsabilidad Social Empresarial de la empresa, lo que le permite tener una mirada muy integral. Durante la charla que sostuvimos me habló del llamado que están haciendo por trabajar en el propósito superior de la organización, invitando a que todos en Hocol vivan la función social que tiene la empresa en la sociedad colombiana. Esa función, basada en el propósito que han establecido, está definido por ir más allá de unos rendimientos económicos, centrándose en el bienestar que la operación puede generar. Lo más atractivo de este planteamiento es que la empresa tiene prácticas concretas que aterrizan la filosofía a la realidad.
Entre esas prácticas resalto dos que me gustaron mucho. La primera, la práctica de involucrar en la planeación financiera y técnica de sus proyectos el componente de RSE asegurando que todo lo que ellos hacen siempre esté sobre la base del cumplimiento de su propósito superior. El segundo, el esquema de gobierno corporativo que tienen, en donde el equipo de RSE tiene asiento prácticamente en todos los espacios estratégicos de la organización. En el caso de Hocol es claro cómo, por medio de una fuerte apuesta en la gente, quieren fortalecer su RSE, contribuyendo al desarrollo sostenible del país.
Después de las conversaciones, es claro que todavía no sabemos muy bien si a futuro la sostenibilidad entrará en “stand by”, pero que, sin duda, al menos una muestra del sector de hidrocarburos, mediante su RSE, tiene un fuerte deseo de continuar aportando al desarrollo sostenible de nuestro país. Siento que la intención está presente, que las estrategias que me contaron estos grandes líderes tienen todas las armas para robustecer la Responsabilidad Social Empresarial. Ahora, dependerá de la perseverancia y el liderazgo que cada organización tenga, para que, a pesar de la coyuntura económica en que se encuentran, no caigan en la tentación de ahorrar justo en esa materia, causando que el desarrollo sostenible tenga que entrar en cuarentena. FIN.
